Presumo de que no juzgo a la gente, que comprendo que tienen razones tan válidas como son mis propias convicciones y que, por ello, no me meto en los intercambios de ideas. Tantos años de viaje me han enseñado esto, sin embargo hoy me encuentro con insomnio ante la pregunta de lo que sucedería si supieran que Zel se ha ido y un extraño ha reemplazado toda su existencia sin que lo notaran. Apuesto que me odiarían aunque no importaría ¿verdad? ya que tengo mis razones para que me quieran.
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Esta fue mi entrada del concurso de la librería El Péndulo llamado: Tengo mis razones para que me quieran. Se trataba de escribir una minificción de 500 caracteres que terminara con la frase del nombre del concurso. No gané, como lo esperaba, pero participé por curiosidad y por lo que decidí así que en cuanto la nueva competencia salga, volveré a intentarlo.
Ahora, lo que escribí lo hice pensando en la última historia que estoy planeando, el romance dramático, y tal vez no debí hacerlo porque para los lectores no tendría sentido, sin embargo así quise hacerlo y sucedió. Pronto traeré el prólogo que escribí para esta historia.
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