martes, 24 de febrero de 2015

Cada quién crea su propio límite de miseria.

Según la RAE (que realmente no es mi referencia favorita en significados, pero sé que es lo que muchos creerán más), Miseria significa 5 cosas: desgracia, trabajo o infortunio; estrechez, falta de lo necesario para el sustento o para otra cosa, pobreza; avaricia, mezquinidad; plaga pedicular producida de ordinario por el sumo desaseo de quien la padece, y cantidad insignificante.

No he vivido tantos años ni conocido a tanta gente como para creerme una sabia en cuanto a esto, además, pase mucho tiempo encerrado en mí mismo impidiéndome notar al resto; sin embargo me he dado cuenta, y estoy seguro de ello, de que cada quién crea su propia miseria, nadie más nos hace miserables más que nosotros mismos.

Seguramente han pasado por preguntas, frases o etapas de no tendría un vida tan miserable: si me pagaran más, si no fuera la persona que soy, si tuviera más tiempo, si no me deprimiera con cualquier cosa, si no me hubiera apuñalado por la espalda, si me escucharan, si tuviera a quién contarle mis problemas, si entendieran cómo me siento, si tuviera esto o lo otro, si todo fuera más sencillo, si dejaran de juzgarme sin conocerme, si no fuera pobre, si no fuera rico, si fuera hijo único, si tuviera hermanos, si pudiera estar con mi madre, si pudiera estar con mi padre, si viviera solo, si me hiciera caso, si no me lastimara, si no lo odiara, si pudiera comer, si pudiera dejar de comer, si pudiera cambiar y muchos otros síes.

Nos enfrascamos tanto buscando lo que no tenemos que olvidamos lo que sí, no obstante, no se trata de ser conformista ni de intentar ser feliz con lo poco que se tiene o simplemente con lo que se tiene porque la vida no es así. La oscuridad vive porque hay luz, hay luz porque nos han enseñado a pelear contra la oscuridad. Es normal sentirse mal por lo que nos falta, desear lo de otros y rechazar lo que no sentimos útil, sin embargo a todos los humanos les atrae tanto el mal que terminamos permitiendo que esa negatividad nos absorba e impida pensar más alegre, por lo tanto nos revolcamos en nuestra propia miseria y, al ser más cómodo, nos aferramos a aquello que no tenemos en lugar de conseguir más. 

Por lo tanto nunca le digas a alguien que es miserable ni te creas el único miserable ya que todos los somos por culpa de nuestra propia mente. 

Soy una persona que entiende fácilmente a otros, que nunca intentará cambiar la forma de pensar de los que escucha porque sé bien que todos tienen razones tan válidas como las que yo defiendo. Muchas veces prefiero guardar silencio a lo que me cuentan, no porque no me interese, sino porque no tengo algo qué decirles que quieran escuchar ya que los entiendo bien y sé lo que quieren escuchar pero no me nace, no quiero mentirles ni que piensen que les digo que sí por ignorarlos. Es difícil ser así porque también soy capaz de darme cuenta de las mentiras de otros, piadosas o no, que me lastiman o me insultan pero porque sé o imagino la razón por la que lo dijeron, no me atrevo a desengañarlos, no me atrevo a reclamar o hacerles ver... al final soy yo quien estará mal. Y aún con esto, me pregunto cómo sería si todos pudieran entender a otros como yo lo hago, me pregunto si ya no habría tantas peleas, egoísmo y los humanos no cayeran tanto en la  oscuridad.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario