Año aproximado: 2011.
Estado: en proceso.
Personajes: Sofia, Christopher, Hanna y Alejandro.
"El lugar donde nos obligan a estar no le gusta a nadie; huele mal y es muy pequeño. De mañana a tarde nos dejan salir al aire "libre", un espacio donde ahora casi todo el pasto está muerto, que no es más que un espacio con más rejas y cristales."
"La Tierra ahora es un lugar bastante silencioso y casi tranquilo, el cielo ha tomado un mejor color, el viento vuelve a ser refrescante y un poco más limpio. De verdad deseo que este castigo impuesto sobre los humanos dure mucho tiempo más, porque sé que tarde o temprano ellos volverán a cometer las mismas estupideces y que tendremos que volver; aún cuando Ella siga creyendo que no será así."
Un castigo a los humanos es la sinopsis de esta historia, fin. Está escrita desde dos puntos de vista, uno por capítulo, siendo la primera cita desde el punto de vista de una humana muy positiva llamada Hanna y la segunda de uno de los "emisarios" de la Tierra que odia completamente a los humanos.
La escribí en mis tiempos depresivos donde también era de los típicos adolescentes con intentos de ecologistas. Estaba en desacuerdo con muchas de las atrocidades que se cometían contra los animales y las plantas en general, odiaba la violencia contra estos, los experimentos sobre ellos, su explotación y encierro de los animales, y tala de árboles bajo cualquier motivo. Darme cuenta de esas cosas despertó a mi yo que no sabe más que odiar, odiar a los humanos únicamente.
Investigué, muy en contra de mi malestar, la mayoría de los actos crueles que se cometían, investigué de peleas de perros, gallos, corridas de toros, de zoológicos, circos con animales, de maltratos diferentes, de ventas y compras, de deforestación, quema y muchas cosas más. Acumulé todas, me enojé aún más pero decidí que escribiría esta historia con el único fin de hacer que las personas notaran el mal que hacían. Fue la primera vez que sentí que debía escribir para publicar, para que lo leyeran más personas que no fueran únicamente mis amigos, a mis 16 años por primera vez soñé en publicar una novela. Sin embargo, cinco años han pasado y sigue detenida. Aún cuando tuve a mi mejor amiga animándome un poco a que la siguiera y a una amiga más pidiéndome un papel de árbol dentro de mi historia.
Tenía muchas esperanzas en esta historia, tanto que releí infinitas veces las únicas 8 páginas que había escrito y decidí que debía rehacerlas completamente. Mejorar la redacción, cambiar escenas y orden, mejorar la separación los dos personajes tan diferentes. El título del primer intento había sido "Todo cuenta" pero no me convenció por lo que sigue estando sin nombre. Aún cuando realmente arreglé mucho el escrito, tuve motivos para detenerme que, por una parte, fueron nuevos proyectos y por otra fue mi etapa depresiva.
Los cuatro chicos del dibujo son los únicos que me detuvieron cuando estaba haciendo el boceto ya que nunca he terminado de desarrollarlos completamente, no sabía cómo hacerlos ver tan naturales y vivos como los otros porque no los conocía bien. En un inicio habitaban el mismo espacio dentro de un zoológico con otras 3 familias: una pareja con hija e hijo pequeños, una pareja con una hija dejando de ser una niña, una pareja que había estado en planes de divorcio con una hija de dieciocho años (Sofía) y uno de dieciséis (Chris), una pareja de ancianos y una pareja con un hijo de diecisiete (Alejandro), una de dieciséis (Hanna) y una de trece (Lucía). A falta de medicinas murió el hijo de la primera familia, la madre de la segunda, los ancianos y el padre de Hanna.
El otro ser, la otra parte de la historia es nada menos que un árbol con movimiento, voz y pensamientos como los nuestros; alguien que podía comunicarse con la Tierra, la que les permitió esa libertad y planeó contra los humanos, aunque era muy bondadosa y sufría al hacer sufrir a los humanos. Este ser, como ya lo dije, odiaba a los humanos y era, prácticamente, mi voz escrita y me caía muy bien porque lo hacía decirle 'humanitos' a los niños, 'pequeñas basuritas móviles' a los coches e 'intentos de insectos aéreos' a los aviones. De hecho a partir de esta historia les decía yo a los niños de esa forma, e incluso contagié a mi amiga para decirles así, pero tuve que dejar de hacerlo.
Mi idea era hacer que estos cuatro fueran de los elegidos para su liberación, para que pudieran ver lo que había quedado de sus ciudades después de 4 años de encierro, esperaba contar lo que veían, sus encuentros con otros liberados desde más tiempo y sus desencantos cuando vieran las peores condiciones de los castigos. Con el otro personaje contaría mejor de esos castigos, de lo que hicieron antes de liberarlos y de lo que él creía de los humanos.
Sigo creyendo que esta debería ser una de las historias propuestas para publicación y que debería ser escrita en la mejor forma, sin embargo he cambiado en esos 5 años de espera. Mi carrera de veterinaria me ha hecho cambiar mucho de mis pensamientos dándome a entender cosas que veía mal, haciéndome ver que ciertas cosas no están tan mal hechas y que aún hay gente peleando por mejorar. Hasta hace unos meses estaba convencida de que no podía seguirla, que ya no tenía el odio suficiente para volver a ser Él, que ya no tenía los mismos argumentos, pero me bastó una releída a mis dos intentos para saber que aún hay cosas que contar, que el haber elegido dos puntos de vista tan diferentes era mi salvación, y que no debía detenerme por no ser ya tanto como ellos porque al final no será mi historia, será la de ellos. Con eso en mente, y miles de historias más estorbando, espero poder terminarla algún día y cumplir mi sueño de abrirle los ojos a las personas con esta historia; sé que tengo la suficiente habilidad para incurrir en una polémica justa, no en una polémica proteccionista ni brutal.
Con un largo suspiro por haberme liberado, y un dolor de cabeza por todo lo que aún tengo que hacer para la universidad, me despido agradeciéndoles haberme leído. Agradezco también a la genialidad que es Blogger para dejarme escribir esta entrada el martes y para publicarla el jueves por su cuenta, gracias a la programación~ Nos leemos.
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