martes, 3 de octubre de 2017

Lila

Con ellos fue mi primer escape de clases. No importaba lo que ellos decían, no podía dejar se sentir que estaba haciendo algo malo. Las palabras de Iván, aunque revueltas e incompletas, me habían ayudado sólo a decidirme, mas no a tranquilizarme a pesar de que sabía que mi madre no se enteraría ni mi hermana, sólo sentía que traicionaba a mi padre, lo que para mí pesaba más que otra cosa.

Únicamente cuando la película comenzó fue que el nerviosismo cedió pues me divertí tanto con la proyección que olvidé la hora y el lugar donde me encontraba. Lo que terminó al salir del establecimiento y reconocer el estacionamiento de la plaza vecina de nuestra escuela, mi reloj corroboró lo que ya había pensado cuando entramos a la función sobre perder dos clases y salir un tanto más tarde de la hora normal.

Caminábamos hacia las paradas, ellos no dejaban de platicar de lo más gracioso, hasta que Cristal se detuvo en seco para observarnos y ahogar un grito antes de decir:— ¡Las mochilas!

En ese instante los seis salimos corriendo de regreso al cine por nuestras cosas que dejamos encargadas en paquetería al entrar. Íbamos riendo como niños de nuevo, incluso competimos por ver quien era el más rápido, título que se ganó Marco, con Cristal como segunda e Iván como último.

Al entregarlas, el encargado se mantuvo con la actitud de alguien acostumbrado a esos olvidos, sin embargo nosotros seguimos riendo aún después de habernos separado para nuestras paradas correspondientes.

Me hubiera gustado pensar que nuestra falta no fue percibida por el resto de nuestros compañeros pues en cada clase de inglés el grupo se dividía en dos, no obstante también faltamos a la clase de historia en el salón normal, seguramente fue obvia la ausencia de nosotros seis aunque nos sentáramos en lugares diferentes.

Lo que le dije a mis amigas fue que me había sentido mal por lo que me fui temprano a casa, algo que no tenían forma de dudar puesto que no sabían que yo nunca había faltado por algo como eso. Después de esa vez nunca volvieron a obligarme a faltar a clases aunque no fue la última ocasión en que lo hice.

Dos semanas más tarde los invité a mi casa por lo que les había prometido sobre las películas de terror que mi papá había coleccionado por varios años. Los sábados mi mamá no estaba así que sólo tuve que avisarle a mi hermana por si se quedaría o saldría. Ella era lo contrario a mi pues era una persona carismática en quien la gente confiaba fácilmente, era sociable y muy expresiva; constantemente salía con sus amigos o los llevaba a casa, por eso se sorprendió de que yo fuera a llevar a alguien.


Para las doce veinte los cinco ya estaban todos en la sala eligiendo las películas que podríamos ver, Tomás era el que más sabía de eso así que les daba opciones y ellos decidían cuál escoger; dos de las tres candidatas duraban sólo una hora, por esa razón comenzamos con la de dos horas.

Mi hermana, quien a último minuto había decidido salir un rato por la mañana, regresó cuando el final de la primera estaba cerca; fácilmente supo moverse sin que nadie la notara, más que yo, para  no interrumpir y mandar a traer la pizza que ese día comeríamos.

De esa forma, hasta que la comida llegó, mi hermana bajó a presentarse con aquellos que había llevado, sin poder ocultar de nuevo su sorpresa por lo variado que parecía ser el grupo a quienes llamé amigos.

—Así que Lila y Lorena… —Estaba en la cocina cuando escuché la observación de Marco, incluso imaginé el golpe con el codo que Valeria le debió haber dado por el quejido que hizo.

—De hecho es algo gracioso eso de los nombres. —Para asegurarse de que no estaba diciendo algo que no debía, mi hermana fue conmigo a la cocina a ayudarme con los vasos y recibir mi aprobación del comentario—. El nombre de mi papá es Leonel y el de mi mamá es Lucero…

—Ríanse, esos dos tenían sentido del humor y por eso los escogieron así.—Al notar que el silencio había durado más de lo normal, tuve que intervenir pues imaginaba lo seria que ellos creían que yo era.

Que hablaran con mi hermana no fue difícil, toda la comida platicaron sobre la película pues ella también ya la había visto. Cuando bajó a comer con nosotros creí que me sentiría celosa de que se llevara bien con ellos ya que esa carisma era la única característica que yo le envidiaba a pesar de que ya me había acostumbrado a no ser alguien de muchos amigos. Y sin embargo no sentí nada más que tranquilidad y alegría de verla hablar con ellos como si fuera una más de nosotros, si es que estaba bien que lo dijera de esa forma en esos tiempos.

La invitaron a acompañarnos a ver las siguientes películas, no obstante ella se negó explicando que ya las había visto y tenía cosas que hacer. Mientras Tomás y Valeria me ayudaban a recoger la mesa junto a Lorena, los otros cuatro fueron a preparar la siguiente película.

Fue al final de la segunda que me di cuenta de que Cristal ya no quería seguir viendo pues cada vez se removía más en su lugar a mi lado y se distraía con su teléfono aunque trataba de no molestar. Por eso le sugerí que subiéramos a mi cuarto, al inicio trató de convencerme de que no estaba inquieta hasta que mi excusa de que esa no era mi película favorita y que ya la había visto la convenció.

A los pocos minutos de haber subido, Valeria se unió a nosotras sólo porque no quería quedarse sola con ellos y porque tenía curiosidad de mi habitación. Hablamos sobre la distribución de nuestros cuartos, lo que nos gustaba y no gustaba de estos y cosas tan simples como esas. De alguna manera llegamos a la observación de que no tenía cosméticos ni tocador, por lo que mi poco conocimiento sobre estos le dio la idea a Valeria para cuando fuera su turno de cumplir con la otra promesa.

—Cuando vayan a mi casa y nos cansemos de jugar, haremos sesión de chicas y nos maquillaremos con los cosméticos de mi mamá.

—Así que la siguiente parada será la casa de Vale. —Con la voz de Tomás se asomó su mano para pedir permiso antes de entrar, lo que me pareció muy considerado.

—Sí, sólo que creo que sería mejor dejarlo a después de que pase el proyecto de literatura. —Los tres chicos entraron en cuanto los invité, Iván fue quien avisó de que ya habían apagado la tele y el DVD mientras se sentaba junto a Marco en la cama.

—Confío en que las habilidades de Cristal serán mucho mejores que las de Valeria en maquillaje. —Mientras la primera se reía inocentemente, la otra fulminó con la mirada a Marco, quien se hizo el desentendido.

—No es que no sepa, sólo no me gusta hacerlo para ir a la escuela. —Haciendo un puchero infantil, Valeria se cruzó de brazos.

—Bueno, pero Cristal convive con las empanizadas, cosas debe haber aprendido. —Al inicio pareció que Iván se arrepentiría de su comentario, mas al escuchar a Cristal riendo abiertamente, supo que no se había pasado.

Con eso comenzamos a criticar a los que llamábamos amigos, quiénes no nos caían bien, los que de alguna forma queríamos y los que no conocíamos bien, ya fueran de los nuestros o de ellos. De eso terminamos mencionando como Valeria y Cristal eran hijas únicas, Marco y Tomás eran los hermanos de en medio, e Iván y yo que éramos los mayores.

Los cinco se fueron a las seis veinte, a poco de que comenzara a oscurecerse. Tomás y Valeria fueron los únicos que se llevaron un par de películas de la colección para verlas en su casa, yo sólo les pedí tratarlas con cuidado y no olvidarlas porque eran de mi papá. Me disponía a lavar los trastes cuando mi hermana bajó.

—No les dijiste sobre papá. —Al inicio tardé un poco en entender a qué se refería.

—No les mentí ni nada, sólo aún no era momento de que lo supieran, además no es muy necesario andar contándolo.

—¿Aún? ¿Desde hace cuánto los conoces?


—Como un mes. —Me encogí de hombros para restarle importancia e ignorar la incredulidad de su mirada con la que reprochaba haberlos dejado solos en la sala mientras yo me subía a mi cuarto. No sabía con qué tipo de gente ella se juntaba y llevaba a la casa, pero eso me hizo pensar que yo no era tan desafortunada con la búsqueda de la amistad. 

1 comentario:

  1. Jajaja las empanizadas, mugre Iván x'D
    Aunque admito que las amistades se hacen más fuertes cuando empiezan a criticar a otros (?)
    Oh Lila... la entiendo con lo último.

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