Colores, sabores, sonidos y calor. Este día es especial para
todos empero distinto para cada edad.
Muchos lo inician un día antes siguiendo tradiciones
extranjeras aunque, en su mayoría, son almas jóvenes las que se alegran
celebrando con amigos en lugares llenos de ruido, de bebidas y diversión que se
incrementa cuando cambian sus atuendos de siempre por aquellos que representan
viejas leyendas o, incluso, cosas tan banales como profesiones.
El siguiente día significa el regocijo de los más pequeños,
el momento de pasar una noche de puerta en puerta con vestuarios únicos como el
de los jóvenes. ¿Por qué? Porque es divertido, porque verte como “algo” más es
un deleite y una experiencia emocionante que se une a la alegría por recibir
esos productos confitados de sabores dulces, picantes, salados o extravagantes
que te durarán, por lo menos, dos semanas si fuiste sabio en dónde
conseguirlos. Con suerte no tendrás que deshacerte de la mitad de ellos por el
hartazgo provocado por la recolección tan generosa de tales manjares.
Mientras que los más maduros creen en estos días como el
momento único de volver a sentir y recordar a aquellos que se fueron de este
mundo. El primero por los niños, el segundo por los adultos. No lloremos este
día, celebremos nuestra vista.
Mira hoy, mira cómo la gente no llora, no se llena de
colores grises ni negros. Mira hoy cómo llenamos todo de colores, de música, de
sabrosos olores y de risas pues la muerte no es más un dolor, al menos hoy,
pues se transforma en nuestra fiesta por aquellos que nos dejaron; porque en
estos días nos reuniremos una vez más como la familia que fuimos, los amigos
que fuimos.
Papel picado, copal, pan de muerto, cempasúchil, guisos,
velas, calaveritas de azúcar o chocolate, catrinas y catrines. Ve ese
cementerio como se ha convertido de un lugar lúgubre a uno pintoresco y alegre
con esas familias conviviendo con aquellos pequeños que los han dejado, observa
ese otro donde comienzan a limpiar las hierbas y la tierra para adornarlos de
la forma más bella con el objetivo de comer o cenar a su lado. No hay uno donde
al menos una familia haya recordado cuál es el espíritu de esta celebración.
Para aquellos que no pueden ir tan lejos, preparan en sus
casas el escenario que recibirá la temprana visita de Ellos. Siguiendo cada una
de las instrucciones pasadas de generación en generación, adornan un espacio
digno de recibirlos, ni más ni menos, sólo el sentimiento define el significado
del altar.
Cuentos, leyendas, bailes y disfraces. Nada podría faltar en
esta variada celebración a veces convertida en una atracción.
Vamos, entonces, a unirnos a esta dicha que año con año nos
emociona. Vamos a terminarla con un hasta luego. Bienvenidos hoy, bienvenidos
mañana. Ya nos reuniremos de nuevo.
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