Está fue mi primera entrega de género épico. Al final les daré explicaciones, mientras disfrútenla.
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Thaer. Un pueblo de ciento
sesenta y nueve habitantes, con uno más a
unos días de sumarse, que subsistía de
los animales que criaban ellos mismos y de las hortalizas que también mantenían
por su cuenta. En harmonía convivían formando ochenta y cuatro familias; la
educación, los alimentos, la ropa, la construcción y demás necesidades las
hacían entre todos sin detalles materialistas como el dinero. Sus casas de
madera eran sencillas: de cuatro metros de altura, acabados rústicos, uniones
de cuerda y minerales, muebles de la misma rusticidad, ventanas cubiertas con
cortinas levadizas hechas de ramas similares al bambú unidas por hilos y
puertas sin seguros imposibles para los externos. Cada mes tenían un
intercambio con las aldeas vecinas, por lo cual algunos de sus hombres viajaban
más de veinte kilómetros, sólo para encontrarse en un punto medio con los
representantes de las otras aldeas que también debían viajar tanto para
reunirse; el camino duraba cerca de seis horas con sus carretas y caballos por
culpa de las colinas y montañas boscosas que debían subir o rodear, con alguno
que otro contratiempo provocado por los animales salvajes de la zona que eran
atraídos por el aroma de los alimentos, no obstante, nunca significaban graves
problemas por la fuerza bruta canalizada sobre un estilo de pelea único que los
Thaerianos habían compartido de generación a generación a lo largo de sus
doscientos años de existencia.
Era el orgullo sobre esa fuerza
lo que había atraído a un reconocido cuarteto.
El día tranquilo del pueblo se
vio amenazado al atardecer cuando la mayoría se encontraba en sus casas
disfrutando la merienda. Los animales que criaban empezaron a producir sus
característicos chillidos agudos que hacían al sentirse amenazados, esto
provocó que los hombres y mujeres más fuertes dejaran su rutina para investigar
los sucesos; se encontraron con unas criaturas que jamás habían visto: sus
cuerpos eran completamente negros sin pelo, piel o escamas, parecían más unas
sombras tangibles y de tercera dimensión con ojos brillantes de color naranja;
un poco de la silueta y los ojos eran lo único que lograban distinguir cada que
alguna de las criaturas se dejaba ver de entre los aterrorizados animales que
dentro del corral no dejaban ir de un lado al otro en desorden con unos cuantos
tratando de defender al resto. A pesar de las garras y dientes afilados que
parecían tener, los thaerianos entraron en acción, la mitad tratando de guiar a
los imponentes animales que criaban y los otros distrayendo a las criaturas
cuyas formas y números empezaron a descifrar, siendo tres con una altura de metro
y medio, orejas puntiagudas, garras y dientes afilados, cola delgada de menos
de un metro de largo, cada que abrían la boca su interior se veían vacío y
blanco mientras producía un siseo; junto a uno más de un tamaño cercano a los
dos metros, cuerpo ancho pero no pesado y una gran mandíbula que abría en ciento
veinte grados para encajar sus dientes afilados con una fuerza de compresión
tan grande que partió el cráneo de uno de los animales como si sólo se hubiera
tratado de una uva de gran tamaño, su interior era idéntico al de las otras
criaturas, su hocico era de un largo considerable, sus orejas eran pequeñas y
caídas y carecía de garras pues sus patas ya eran lo suficientemente fuertes
para romper las costillas de los humanos con facilidad.
Fue la bestia de mayor tamaño la
que los entretuvo por cuatro horas seguidas ya que era la primera vez que algo
sobrepasaba la fuerza bruta que los caracterizaba, el costo de su eliminación
fue de ocho heridos de gravedad con pérdida de miembros y fracturas, cinco de
lesiones leves y dos ilesos; mientras que las otras tres bestias les tomó dos
horas en atarles las patas para evitar sus garras y su velocidad y acabarlos al
enterrar sus lanzas en la cabeza de estos, sólo tres resultaron con cortes que
les impidió ayudar contra el grande.
El resto del pueblo empezó a
salir cuando la noticia de la victoria empezó a difundirse, llevaron a los
heridos a sus respectivas casas, regresaron a sus animales, pasaron la
información de las criaturas agresoras y de como estas se habían desvanecido
como humo cuando les habían dado el golpe letal. Gran parte de la atención de
la gente de Thaer estaba sobre los heridos de gravedad, otra poca en la
procedencia de los agresores y la posibilidad de que aparecieran más en cualquier
momento aun cuando no estaban seguros de qué podían hacer para impedirlos que
era lo que unos cuantos trataban de discutir. Esas fueron las causas de que su
entorno se tiñera en colores rojos y anaranjados sobre el azul y verde oscuro
que en la noche deberían predominar.
—Tenías razón, Yami, no hay
mejores miradas en los humanos que las que hacen de decepción después de lo que
pensaron que era una victoria —el chico de piel morena se encontraba
acuclillado sobre los restos del techo de una de las casas thaerianas mientras
observa a algunos de los sobrevivientes tratar de huir de las demás criaturas
que habían aparecido. Los gritos de terror y súplicas inundaban el ambiente
junto al humo y el calor que las casas producían mientras se quemaban.
—Te lo dije, siempre debes creerle
a tu hermana —al dar la respuesta, la chica tiró de un mechón del cabello
blanco del chico quien soltó una risa al mismo tiempo que levantaba hacia atrás
su brazo derecho con su espada para después bajarla rápidamente, haciendo que esta
se extendiera seis metros exactos para atravesar horizontalmente la cabeza de
uno de los aldeanos que previamente había sido herido por las extrañas
criaturas.
—Ese me tocaba a mí, Ob —protestó
la menor de los hermanos al llegar a la parte baja de los escombros y lanzarle
una roca al fragmento de soporte sobre el que se encontraba el primer chico, el
proyectil atravesó de lado a lado la madera, provocando que él tuviera que
bajarse de un salto.— Ese tipo mató a una de mis tinieblas favoritas —la del cabello
aguamarina se cruzó de brazos con un puchero en la cara.
—En serio Vi ¿cómo los puedes
distinguir? Para mí casi todos son iguales —el atacado miró a la otra hermana
quien se encogió de hombros, la otra chica resopló.— Ni alma tienen, así que no
me puedes decir que es su comportamiento o algo similar.
—No lo entenderán nunca por
muchas veces que se los explique.
—¿Podrían dejar de holgazanear?
ya se nos fueron cuatro —el mayor de los cuatro llegó sacudiendo sus manos para
deshacerse de un poco del exceso de sangre que las cubría, los dos menores
intercambiaron una fugaz mirada antes de empezar la carrera por alcanzar a los
cuatro corredores y eliminarlos, Yami acomodó su cabello púrpura hacia su
espalda en lo que caminaba hacia su hermano que no dejaba de limpiar sus manos.
—Sólo faltaban esos cuatro ¿no?
Le lanzaste las sobras a tus hermanos como si fueran perros —le reclamó tomándolo
de la barbilla y acercando su cuerpo al de él, el mayor le sonrió altivamente
mientras rodeaba su cintura.— Espero el día en que te vuelvas un poco más
sensible.
—¿Y tú eres más sensible que yo?
Al menos yo trato de forma amable a todos con los que me acuesto, tú, por otro
lado, los tratas como si fueran simples bestias que sacian tu placer —la de
piel morena lo empujó sonriendo y acomodándose la corta falda que el otro había
subido un poco. El par regresó con ellos con mirada divertida, el del cabello
blanco pasó su brazo izquierdo sobre los hombros del mayor, la menor se abrazo
a su hermana, haciendo contraste entre su piel clara y la piel morena de la
mayor.
—Buenas noticias, el cuarteto
maravilla no llegó a tiempo, así que cuando nos alcancen estarán furiosos —Ob
se lamió los labios.
—No hay porque apresurarnos,
podemos esperarlos para disfrutar de su tipo de desesperación, aparte aún hay
unas tinieblas que crear —los menores observaron al otro de piel clara que
suspiró y aceptó la propuesta.
Todo Thaer había sido eliminada
por los cuatro hermanos que desde hace un año habían empezado a amenazar mundos
y dimensiones sin una razón conocida por los que habían sobrevivido de algunos
de sus ataques ni por aquellos que seguían de cerca sus pasos para tratar de
detenerlos. Los cuatro chicos eran hijos del mismo padre, un hechicero poderoso
que en su búsqueda de conocimiento y poder había roto muchas de las reglas de
la magia, había matado ya a muchos seres para robarles su poder o experimentar
en ellos y ahora era parte de los más buscados, por tal había decido esconderse
después de haber procreado con cuatro de las mujeres más fuertes dentro de
cuatro razas diferentes que él consideró que eran las más útiles. Su primer
hijo se llamaba Rien, cuando cumplió un año el hechicero asesinó a la Sílfide
con la que lo había hecho y lo tomó bajo su estricto y cruel cuidado; la siguiente
nació un año después que el primero y su nombre fue Yami, hija de una
importante Súcubo que trató de eliminar al mentiroso padre para evitar que se
la llevaran mas el resultado fue igual que el anterior; tres años después la
madre del tercer, una líder Drow, se escondió unos años con ayuda de sus
congéneres y logró estar con su hijo Oblivion hasta que este alcanzó los cinco
años y el hechicero decidió arrebatárselo sin el menor de los problemas ya que desde un
principio había conocido en dónde se encontraba la elfa; al cabo de dos años
fue el nacimiento de la cuarta, Vita, hija de una ninfa que pudo reunir los
conocimientos de las madres pasadas para huir del hechicero por más de quince
años hasta que la lejanía de su hogar la debilitó hasta matarla, la cuarta niña
siguió viviendo sin saber de sus hermanos y su padre por unos años más hasta
que, tras una traición a un grupo que la había acogido, se unió a sus hermanos
y la causa de su padre.
Empezaba a amanecer cuando el
equipo de contraataque por fin llegó, dos mellizos y dos amigos de la infancia.
Con las armas listas observaron la devastación del lugar que aún era consumido
por el fuego, los dos hechiceros de equipo tomaron rápidas acciones para
apagarlo mientras los dos guerreros se concentraban en la búsqueda de
supervivientes aunque imaginaban el resultado.
—Tarde, de nuevo —Yami los
esperaba en el límite sureño de la mancillada aldea junto a sus hermanos, el
par de amigos se mostró furioso pero permanecieron en su sitio tratando de
tragarse la ira.— Nos están decepcionando, la ida de Vi no debía afectarlos
tanto ¿o sí? —la mencionada llevaba un cristal anaranjado en la mano, el cual
lanzaba al aire en intervalos aleatorios.
—No hubiera pasado si su estúpida
distracción no se hubiera puesto en nuestro camino, que por cierto, me costó un
corte en mi capa favorita —Lían era heredero del jefe de la raza Masen, unas
criaturas especializadas en todo tipo de artes marciales y la invocación de
armas que ellos mismos fabricaban desde muy temprana edad, en sus manos llevaba
una lanza de poco más de su altura.
—Si ustedes no fueran tan
estúpidos, no habrían tardado tanto contra esa nimiedad —la traidora, Vita, les
sonrió con sorna, lo que llevó a que los dos mellizos la apuñalaran con la
mirada— Lo saben bien, Lydia y Erick ¿cierto?
—Ya vieron y dijeron, ya vámonos
—el mayor de los hermanos rascó su nuca.
—Esta vez no nos dejarán atrás
—con la expresión, Iker el hechicero, hizo aparecer sus esferas con las cuales
canalizaba su magia y la hacía fluir de forma más organizada sin la necesidad de
hechizos, círculos mágicos o cosas similares. La primera esfera, una verde fosforescente y transparente, la lanzó
contra la mayor de las hermanas quien se cubrió usando dos brazos negros que
salieron de su espalda e interceptaron el proyectil, este comenzó a emitir unos
rayos de cinco centímetros de largo en dirección su cara y abdomen, sin
embargo, dos brazos más salieron para envolverla como si estos fueran
serpientes.
Quien atacó casi al mismo tiempo
fue Erick, el chico delgado de cabellos negros apareció un par de pistolas
plateadas con mango negro, de estas salieron unos destellos blancos en
dirección a la menor de los hermanos; sin dejar de sonreír, la chica levantó
rocas de los escombros y las lanzó hacia cada disparo del humano para
contrarrestarlo. La hermana de Erick le daba la forma a su magia elemental en
unos zorros cuyas colas demostraban el tipo de poder a utilizar, invocó tres de
ellos: al de la cola de fuego, la cola de electricidad y la cola de humo; junto
a ellos se abalanzó contra el medio drow, los ojos ambarinos de este brillaron
ante la oportunidad de una lucha con la chica que tanta curiosidad le daba,
Oblivion le dio la forma a su espada de una con metro y medio de largo con
sesenta centímetros de ancho, justa para cubrirse de las balas de fuego que la
humana hacía salir de la cola del zorro mientras el de la electricidad trataba
de alcanzar un poco de la piel del oponente. Lían se apresuró a ocuparse del
mayor porque ya tenía muchas revanchas acumuladas en su contra y porque le
molestaba que Rien siempre se mostrara tan aburrido como si contuviera su poder
para no matar tan rápido a un ser tan inferior.
Vita no se esforzó en herir al
iracundo chico, simplemente siguió cubriéndose con sus rocas hasta que Erick
juntó ambas pistolas para traer su espada; una espada hecha de la plata más
fina y brillosa, resistente y ligera. El humano la atacó con mayor paciencia e
inteligencia, no obstante, ella era tan rápida como él, esquivaba con sutileza cada una de las estocadas y lanzaba de sus afiladas armas rústicas contra el
chico quien usaba la empuñadura de la espada para detenerlas y seguir atacando.
Para los cuatro hermanos, enfrentar a sus cuatro perseguidores era un simple
juego donde sólo se concentraban en evitar que estos los lastimaran, lo que no
era tan difícil a causa de la poca experiencia que tenían, comparada con la que
ellos mismos habían acumulado en tantos años y trabajos que su padre los había
obligado a cumplir. Este era el enfrentamiento número trece desde la primera
vez que se habían encontrado, esa vez los cuatro hermanos intentaron alejarlos
de sus asuntos al dejarlos casi moribundos, sin embargo los cuatro chicos
habían sobrevivido con un poco de ayuda y la determinación necesaria para
seguir los pasos de la traidora y sus hermanos. Esa primera humillación fue su
motivación principal para entrenar cada día más, superar sus límites y trabajar
sin descanso para superar el nivel de los asesinos que debían eliminar para
restaurar la paz entre las dimensiones. Muchas veces habían intentado las
peleas individuales, en ocasiones los únicos que cooperaban entre sí eran los
mellizos, pero con el tiempo los cuatro aprendieron que una combinación entre
todos podría dar mejores resultados y la pelea anterior contra la tiniebla, que
el cuarteto les había mandado para distraerlos, les mostró lo necesaria que era
su unión a pesar de la incomodidad e inconformidad de los mellizos
antisociales.
Lydia lanzó una braza más grande
a su oponente quien la hizo redireccionarse con la amplia superficie de la hoja
de espada, el fuego terminó avanzando hacia donde Yami batallaba con el
hechicero, este lanzó una esfera de cristal amarillo claro para atrapar el
proyectil y llevarlo con la fuerza que ya tenía hacia donde su amigo de la
infancia era derribado por una patada del hermano mayor hacia sus pantorrillas.
En cuanto la esfera alcanzó la cercanía con el híbrido esta estalló provocando
un estruendo y una cortina densa de humo que sorprendió a los otros tres
hermanos y los hizo dudar unos momentos suficientes para que Erick le dispara
en la zona donde los brazos oscuros salían de la hermana mayor y la derribara
el empuje del zorro de la cola de humo de Lydia, igual que Iker arrojaba una
esfera rosa que atravesó la frente de la traidora y la derribó al dejarla
inconsciente. Lían había tenido que levantarse con una rapidez sobrehumana para
alcanzar al tercero de los hermanos y aturdirlo con el palo de la lanza al
golpearlo en la nuca, el de los cabellos blancos protestó mientras estiraba su
espada logrando que la punta del arma penetrara superficialmente la cavidad
torácica del guerrero pero no deteniéndolo, el de los cabellos verdes empujó el
arma del oponente con la suya aunque el otro intentó impedirlo; fue Iker el
que lo ayudó al traer su esfera verde y descargar sus rayos sobre el hombro del
chico que sostenía la espada para hacerlo perder fuerza sobre esta y así
permitir que el guerrero masen se lanzara sobre el chico y le enterrara el filo
de su lanza en la misma zona que él lo había hecho con su espada, sólo que no
fue tan superficial.
Todos los hermanos sintieron el
dolor aunque fuera en menor intensidad que la del herido; el más rápido en reaccionar
fue Rien, el mayor de los hermanos entró en un estado colérico mientras corría
hacia el agresor de Oblivion, sin armas. Antes de que los otros tres pudieran
ayudar al guerrero, el híbrido ya había saltado sobre de él, lo recibió con las
cuchillas de sus zapatos expuestas para enterrarlas en el abdomen del de los
cabellos azul claro que fue impulsado al otro lado. El resto trató de
intervenir al sentir la sed de sangre que el chico desprendía, pero los brazos
de la segunda hermana los inmovilizaron en el acto. Rien se levantó al mismo
tiempo que su presa, Lían cambió su lanza por el par de espadas de tamaños
distintos y contraatacó de manera directa hacia el enemigo que se seguía defendiéndose
de los filos al cubrir zonas específicas de su cuerpo con viento comprimido, el
guerrero masen atacó tan rápido y fuerte como podía y el otro movía tan fuerte
sus brazos para provocar que los ataques del otro perdieran dirección; la
espada de menor tamaño tomó una dirección horizontal hacia la cintura de Rien,
el agredido elevó su pierna izquierda para detener el golpe con el viento en su
rodilla, la segunda espada tenía una dirección recta con el final de la
empuñadura con diana en la sien del asesino pero tuvo que cambiar cuando el
brazo derecho del mestizo intentó aprisionar el antebrazo del portador de la
espada con su rodilla alzada para fracturar el hueso así que tuvo que usar su
codo de la primera espada detenida para golpear la barbilla del asesino. Rien
fingió una pérdida en el equilibrio que lo llevó a darse una rápida media
vuelta que elevó la cola de su chaleco gabardina, la cual fue rodeada por viento
que provocó cortes sobre el tabique de la nariz del guerrero y en el párpado
izquierdo de este; el asesino estiró hacia atrás su pierna izquierda, golpeando
el abdomen Lían y haciéndolo caer sobre su espalda. De nuevo saltó hacia él, el
perseguidor de la paz no tuvo la velocidad suficiente para usar de nuevo sus
cuchillas por lo que el enemigo cayó sobre de él colocando sus rodillas en los
antebrazos del caído mientras llevaba su mano derecha al pecho del guerrero,
atravesó la piel, los músculos y los huesos sin romperlos hasta tener dentro de
su mano el corazón de Lían quien soltó un grito al sentir la presión que
empezaba a ejercer sobre el órgano.
—Ya hermano, aún no puedes
matarlo ¿recuerdas? —el medio elfo rodeó a su hermano al pasar los brazos
verticalmente sobre el pecho de él, le colocó la barbilla en el hombro derecho
para que las palabras llegaran suavemente a su oído. Rien dejó el corazón del guerrero
a regañadientes, temblaba ligeramente intentando recobrar su distintiva
tranquilidad altanera.
—Por hoy nos retiramos, sigan
creciendo para que la próxima vez sea mucho más interesante que este encuentro
—Yami lanzó un beso hacia los tres chicos aún retenidos, Vita se levantó al
abrir un portal para la retirada con sus hermanos.
—Una ligera corriente eléctrica
le bastará si lo quieren de regreso —añadió la traidora con una fugaz sonrisa
de disculpa antes de entrar a su portal y desaparecer. Iker fue el primero en
correr hacia su amigo al ser liberado, no perdió tiempo en analizar las
palabras de su antigua acompañante y con su esfera lila transmitió la descarga
al cuerpo del guerrero la cual ayudó a que su corazón y su cerebro volviera a
trabajar; con una inspiración ruidosa y pesada, el más parlanchín de los cuatro
despertó.
No sólo los habían hecho llegar
tarde, también les habían ganado una vez más aunque por primera vez habían
hecho pelear a uno de ellos en serio. Con la decepción y el cansancio, los
cuatro le dieron sepultura a los restos de los thaerianos antes de marcharse al
siguiente mundo donde esperaban poder recuperar un poco de su energía y orgullo
para el siguiente encuentro. Si los cuatro hermanos seguían viviendo, su misión
nunca finalizaría.
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Y bueno... esta entrada fue nada más que un fragmento de una historia mayor, que en 3 entregas más se las presentaré completamente.
He de decir que por cerca de 4 años o más he practicado mucho las descripciones de batalla y aún no soy nada bueno, ahora que lo releí me perdí en algunas partes y la sentí pobre. Las imágenes de peleas siempre están claras en mi mente pero al momento de trasmitirlas lo arruino al estar pensando en no repetir mucho sus nombres o las palabras, en variar usando sinónimos o antónimos, en cuidar la puntuación y, en fin, muchas cosas que me dan por resultado esos mega párrafos. Con esa práctica he aprendido que evitar aunque aún no lo sé ordenar, sé que debo separar ideas para evitar extenderme y que las tácticas aún son pobres o llanas, por ello es que seguiré practicando hasta que nunca me vuelva a revolver, y claro, leeré muchos más relatos de tipos similares para aprender.
Espero, apesar de las fallas, lo hayan disfrutado, después traeré las demás entradas. Nos leemos la próxima.
Y bueno... esta entrada fue nada más que un fragmento de una historia mayor, que en 3 entregas más se las presentaré completamente.
He de decir que por cerca de 4 años o más he practicado mucho las descripciones de batalla y aún no soy nada bueno, ahora que lo releí me perdí en algunas partes y la sentí pobre. Las imágenes de peleas siempre están claras en mi mente pero al momento de trasmitirlas lo arruino al estar pensando en no repetir mucho sus nombres o las palabras, en variar usando sinónimos o antónimos, en cuidar la puntuación y, en fin, muchas cosas que me dan por resultado esos mega párrafos. Con esa práctica he aprendido que evitar aunque aún no lo sé ordenar, sé que debo separar ideas para evitar extenderme y que las tácticas aún son pobres o llanas, por ello es que seguiré practicando hasta que nunca me vuelva a revolver, y claro, leeré muchos más relatos de tipos similares para aprender.
Espero, apesar de las fallas, lo hayan disfrutado, después traeré las demás entradas. Nos leemos la próxima.
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