viernes, 6 de marzo de 2015

Iniciando la historia

Antes de empezar permítanme recordarles que lo que yo les pueda sugerir o decir está basado en lo que yo he hecho o aprendido por mi cuenta sin basarme en libros de literatura o creación literaria.

Para empezar a escribir algo, primero deben plantearse uno o más de lo siguiente:
  • Género (terror, fantasía, romance, épico, comedia, drama, etc.) recordando que no siempre debe ser de uno solo de ellos.
  • Personajes (la cantidad de importantes o principales, edades, trabajos, vida antes o después de la historia, carácter y personalidad, etc.) es importante desarrollar o plantear varias de estas características pero no completamente ya que los personajes siempre irán desarrollándose o cambiando solos en el transcurso de la historia si los comprendes bien.
  • Circunstancias, en este caso serían hechos relevantes que bien podrían ser del inicio como del final pero que terminarán dándole sentido o fuerza a la historia (muertes, pérdidas, encuentros, peleas, inicio de algún evento, etc.).
  • Tema (teatro, guerra, escuela, salto entre mundos, circo, hechicería, familia, amistad, etc.), muchas veces es el tema lo que llega antes que el género mas no es imposible que sea al contrario. El tema le da un sentido a la historia que no ha sido escrita o planteada completamente, incluso te ayuda a encontrar los personajes correctos antes de las circunstancias.
  • Narrador (primera, segunda, tercera persona, narrativo múltiple, narrador omnisciente, etc.) ayuda mucho saber esto porque te permite saber qué tanto podrás desarrollar la historia y qué, de lo que tal vez ya hayas planeado, podrá ser expresado. Todos los géneros pueden ser escritos en todos los tipos de narradores pero hay algunos que salen mejor en algunos específicos.

Muchas veces no es necesario forzarse demasiado pues la escritura, así lo considero yo, es algo natural, querer contar algo que tu mente te está contando a ti, algo que desees que otros lean o sientan, algo que tú mismo deseas ver crecer y saber lo que sucederá después.

Lo que yo más he llegado a utilizar es el inicio tras el planteamiento del tema tomando en cuenta que casi todas mis historias se agrupan en etapas de mis intereses del momento, sin embargo ya he intentando empezando por cada uno de los puntos que he puesto así que creo que les hablaré de cómo han sido mis procesos por esos puntos, y discúlpenme pero prefiero hacer el recuento del último al primero.

Uso mucho el narrador en tercera persona ya que el de primera me limita mucho, sin embargo tuve mi etapa donde lo usé bastante. Leí, hace algunos años, Aura, el cual está escrito en segunda persona y recordé que cuando lo leí me agradó demasiado ese estilo por lo que un día decidí utilizarlo. En base a esta forma de narración escribí un corto relato que nació de querer describir un momento de confusión en la mente del lector.

Lo del tema ya lo he explicado con mis etapas obsesivas, aquí también debe añadirse el planteamiento del escenario que no es lo mismo que tema, y que bien podría ir en un punto aparte. Sólo mencionaré la ocasión en que mi amiga me preguntó si alguna vez había escrito algo normal, sin magia o fantasioso, por lo que me hizo decidirme a escribir algo como tal y terminó en una historia de escuela, deportes y artes, lo normal ¿no?

Para las circunstancias me gustaría añadir los sueños. Si nunca les ha pasado debo decirles que, soñar el fragmento aleatorio de una historia, es un regalo maravilloso porque nunca está planeado. Que nuestro subconsciente sea capaz de crear momentos tan únicos dignos de una continuación dada por nuestra propia mano es emocionante. A mí me ha pasado sólo un par de veces aunque las primeras no las terminé de desarrollar seriamente, con la última sí lo estoy haciendo y llevó a que un par de escenas más las decidieran mis sueños antes de que yo pensara en esa parte. Y aunque los sueños no pasen, hay situaciones que vemos, escuchamos o pensamos que desearíamos darle nuestro propio desenlace.

Plantearse primero los personajes es un tanto difícil porque los personajes bien pueden estar en cualquier historia si les modificas sus trasfondos o habilidades, sin embargo ayudan a encontrar el tema o los escenarios en caso de que ya los tengas un poco descubiertos. Este caso lo tuve cuando pensé en que quería tener un personaje con una personalidad característica que no había tenido antes así que le fui buscando razones a su manera de ser y de ahí circunstancias.

El género lo dejé al final porque, en primer lugar, es la forma que a mí se me dificulta más al plantearme una historia porque limita mi creatividad al inicio. Para explicarles mis motivos les daré la anécdota de mi último proyecto:

El 2014 estaba a unos días por terminar, yo tenía poco de haber finalizado mi dibujo de los 100 cuando me percaté de que entre lo que había escrito pocas veces había intentado, como tal, una historia romántica así que me fijé el objetivo de hacer para el nuevo año una historia romántica-dramática, porque fue lo que más me agradó. Para la mitad del primer año mi mente se negaba a salir con algo que me agradara para ese género, sólo tenía un final y una circunstancia pero no los personajes, ni el escenario, ni el tema. Un reto había buscado y un reto me había encontrado, por primera vez no sabía que escribir hasta que hablando con cierta persona recordé otro de los tipos narrativos que no había intentado y que era el narrador omnisciente, quería ser el personaje que narrara la historia de otros con sus propios pensamientos expuestos en la misma historia. Posterior a esta iluminación me llegó una nueva idea, el usar un tipo de mundo que demostrara lo que en esta sociedad se critica no es más que un tipo de mentalidad diferente, años de un mismo pensamiento, así que decidí que sí usaría un hombre y una mujer como principal pareja dueña del romanticismo sólo que vivirían donde las parejas del mismo sexo es lo más normal y los de diferente sexo es el tabú o lo diferente y criticable. Con todo esto mis tres personajes terminaron de nacer, propuse otros, desarrollé un tema, circunstancias y todo, lo único que me falta es plasmarlo y desarrollarlo más allá del prólogo que he escrito.


Escribir no es complicado si de verdad es lo que quieres hacer, muchas veces las palabras fluirán de tu cerebro a tus dedos sin el mínimo retardo así como muchas veces te quedarás varado en un punto que no encuentras como introducir o que no debiste haber mencionado. Las palabras son movibles, son removibles así que si algo no te gustó empieza de nuevo, ve más allá del inicio, plantéate el final momentáneo y avanza hacia él pero déjalo lo suficientemente abierto en tu mente para hacerle cambios si es que nuevas circunstancias aparecen. Nunca te des por vencido y continua hasta que hagas que otros lean lo que te causó orgullo y que te costó esfuerzo. Siempre con algo se empieza.

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