No
lo pensé, sólo escribí mi mensaje y lo envié sin imaginar lo que ellos podrían
pensar. Cualquiera de nosotros podría ser quien realizara la llamada ya que era
alguien que no conocíamos, también podríamos haber llamado mientras
estuviéramos todos juntos, sin embargo algo me pedía ser el primero en
interrogar al chico misterioso. Una parte era porque quería conocerlo, quería
intentar ver lo que Iván vio en él y si aún lo veía. Quería ser el primero en
desanimarse si lo que nos decía confirmaba nuestros miedos.
Primero
Cristal aceptó que fuera quien hablara con él, los demás no tardaron en
responder de la misma manera. Me sentí aliviado, por un instante pensé en lo
mismo que cruzó mi mente cuando empezamos a juntarnos más.
Valeria
pasó el número por nuestro chat compartido, me recordó grabar lo más importante
de la conversación y de alejarme de todo ruido. Algunos sugirieron preguntas y
puntos necesarios para que el misterioso Gabriel no dudara de mí, también me
recordaron no alterarlo con nuestros miedos.
Con
un rápido OK, respondí por última vez
para cerrar el chat, preparé mi otro celular para grabar, fui a la oficina
donde pedí que nadie molestara hasta que saliera y, por fin, marcar. A pesar de
mi miedo por conocer el tipo de persona que Gabriel pudiera ser y por la
información que podría obtener, mantuve firme el teléfono cerca de mi oído escuchando
el sonido de marcado.
Seis
veces seguidas marqué hasta que contestó. Una voz algo fría y cortante me
contestó: —¿Bueno?
—¿Eres
Gabriel? —No hubo respuesta por casi un minuto, pensé que se había cortado la
comunicación, sin embargo el usual ruido que el exterior creaba seguía escuchándose,
aunque no era tan fuerte. Estaba por hablar para cerciorarme de que siguiera
ahí cuando él respondió.
—¿Quién
habla?
—Soy
Tomás, amigo de Iván, seguramente alguna vez te habló de Cristal, Valeria,
Lila, Marco y de mí, somos sus amigos de la prepa. ¿Lo hizo? —De nuevo no respondió,
cerré mis ojos con fuerza y apreté mis manos en puño, no estaba siendo fácil
hablar con él. Pensé en cómo Marco ya se habría puesto un tanto impaciente y
grosero porque no respondiera o en cómo Valeria trataría de bromear con él
acerca de su timidez—. Supongo que es normal que desconfíes, así que mira, te
enviaré el link de mi perfil donde tengo fotos viejas de la prepa en las que
estoy con él.
Mientras
lo decía, ya estaba buscando la foto indicada para enviársela, era de nuestros
últimos meses en tercer año, en los comentarios le escribí: “Ese que lo abraza
soy yo”, ya que le había enviado el enlace. Pensé que de nuevo se quedaría en
silencio, sin embargo respondió, aunque no estaba seguro si había visto lo que
le envié.
—¿De
dónde sacaste este número?
—¡Oh!
Samantha nos ayudó a conseguirlo, fue… es la ex de Iván. —No dijo nada, así que
seguí tratando de no presionar mucho sobre ese tema, todos sabían que no era
agradable saber de los amores pasados de tu pareja, menos si ya eras uno
también—. La conocimos por casualidad cuando aún estaban juntos, fue durante la
recuperación de Iván de su apendicitis…
>>Pero
la razón de la llamada y todo esto es porque quisiera saber algunas cosas que
creo tú podrías responder, pero lo principal… —Había iniciado la grabación a la
mitad de mi frase, porque había estado por olvidarlo— es que quisiera saber la
nueva dirección de Iván, porque verás, hace unos días fuimos a su vieja casa
que le quedaba a hora y media de su facultad. No sé si sepas, pero nos
distanciamos los seis desde hace unos años por la escuela, el trabajo y la
vida, no nos enteramos que cambió de casa y por eso queremos darle una sorpresa
recriminatoria en su nueva casa.
>>Sé
que suena muy sospechoso, pero no planeamos mal, sólo queremos verlo. Tal vez
también te dijo de la reunión que planeamos hace unas semanas… —El silencio
siguió, quise golpear mi cabeza contra el escritorio por lo mucho que me hacía
esperar, obviamente él no tenía ni idea de lo desesperado que me sentía a cada
minuto porque no sabía nada de mi mejor amigo, el miedo comenzaba a molestarme—.
Bien, supongo que aún necesito darte más pruebas de que él confía en mí. Te
diré cosas que sólo sabrían personas en las que él confiara.
>>Bueno,
primero que nada, debido a ese tiempo en que perdimos contacto, ya no supe
mucho de ti y no sé si aún salen juntos, además ya sabes lo reservado que es.
Prefiere escuchar a los demás hablar de sus problemas y secretos, que él contar
los suyos aun cuando tenga esa cara de aburrición, aparte de su mala memoria
que hace que parezca que no te prestó atención. En serio que esa memoria de él
ha ido empeorando cada vez más, al igual que su interés general, a veces ya ni
sé lo que piensa o lo que aún llama su atención.
>>Oh
pero escribir es algo que nunca lo aburre aunque le den sus bloqueos, siempre
dijo que lo hacía por diversión o hobby, más que por buscar fama o dinero,
aunque hay algunas que escribió pensando en lo que podría significar si alguien
lo leyera, y no alguien de sus amigos. También hay una historia que escribió
porque se la pedí, tengo el cuaderno original en el que la escribió. ¿Necesitas
más?
—No…
pero no puedo darte su dirección sólo porque sí, no sería correcto… —Por fin
escuché en él, el chico introvertido que Sam aseguraba que era.
—Yo…
yo sé que no, tal vez si me encontrara en tu lugar, tampoco daría su
información tan fácil pero debes creer en mí, por favor.
—Lo
siento pero no, ni siquiera creo que esté ahí. —Comenzó a sonar más honesto,
más como podría ser él en realidad, aunque poco noté eso al escuchar lo que dijo.
—¿Por
qué no? —Calló de nuevo, se dio cuenta de que dijo algo que no debía, sin
embargo era demasiado tarde para echarse para atrás.
—Salió
con su familia…
—¿Cuándo
fue eso? ¿Hace tres semanas? —Esta vez su silencio rompió con mi autocontrol, no
podía esperar más y sólo sabía de una forma en que la información dejaría de
ser tan difícil de obtener—. Ok, escucha, no sé si me vayas a creer con esto
pero es mi último recurso para que aceptes darme su dirección y es la verdad…
>>Hace
tres semanas fue cuando nos reunimos después de esos años separados, él había
aceptado vernos aunque no participó mucho cuando discutimos el sitio al que iríamos,
sólo dijo que sí pero el día en que nos veríamos nos dijo que su mamá se había
lastimado y no podría vernos. Obviamente le creímos y lo dejamos, sólo lo
llamamos para escuchar su voz de nuevo y ya…
>>Ya
han pasado tres semanas desde eso y no hemos podido localizarlo de nuevo ¿Tú
has podido hablar con él en ese tiempo?
—No…
me dijo que… que al sitio donde iría no habría señal… y me avisaría cuando
regresara… —Escuché como si removiera cosas donde estaba, su voz pareció
temblar y dudar.
—Escúchame,
por favor… tal vez sepas de él cosas que nosotros no, tal vez sólo te estoy contagiando
con mi preocupación y no es nada, a alguno de nosotros nos mintió, aunque ya
sabemos que siempre lo ha hecho, es algo que se le da bien y lo hemos aceptado
porque así es él.—A pesar de que me había inquietado tanto como él, debía
calmarlo para que no me dejara hablando sin darme lo que buscaba—. Necesito su
dirección, la necesitamos para ir a verlo ya. Y queremos que vengas con
nosotros, queremos ir contigo. Por favor.
—Te
la daré… —Al dictármela su voz sonó más centrada, se había calmado sólo un poco
así que me moví con rapidez para decirle al resto que dejaran lo que fuera que
estuvieran haciendo y fueran hacia el lugar que les mandé—. ¿Cuánto tiempo
tardarán en llegar?
—Una
hora, cuando mucho dos, por favor espera por nosotros, te lo suplico.
—Lo
intentaré…
Le
colgué sólo para enviar el audio de la conversación aunque sabía que los cuatro
estarían ocupados pidiendo sus permisos para salir de sus trabajos, iban a ser
las tres, así que no romperíamos nuestros turnos, no mucho. Después de que pedí
mi permiso le volví a marcar a Gabriel para hacerlo hablar, distraerlo e
impedir que se fuera sin nosotros.
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