Después
de tantos años nunca le pregunté a Lila si la propuesta de posponer la apuesta fue
por no despedirnos aún o por usarla como verdadera recompensa por nuestro
trabajo. Aunque de todas formas no hablamos mucho más las siguientes dos
semanas y media en que tardó el maestro en darnos nuestra calificación, sólo en
las mañanas cuando nos veíamos nos saludábamos de lejos, o cuando Valeria se
acercaba a Tom para hablar de su taller de escultura ya no me dejaba fuera de
su conversación.
El
mayor contacto que hubo fue cuando Marco se acercó a Lila, en alguno de los
momentos entre clases, para preguntarle sobre un tema que no terminó de
comprender cuando yo se lo expliqué. Fue un suceso cómico porque los compañeros
que estaban ahí se quedaron casi boquiabiertos de ver a la chica más
inteligente del salón responder amablemente a las preguntas de uno de los
chicos vagos.
Un
miércoles el profesor de biología le pidió al grupo salir exceptuando a
nosotros seis para la revisión de nuestro examen, en esa ocasión los seis nos
movimos, mientras el resto salía, para sentarnos juntos en una misma mesa.
—¿De
verdad lo hicieron ustedes solos? —Nos observó arqueando una ceja.
—Claro,
así nos lo pidió.
—Y
no es como si conociéramos a los otros maestros para que tranquilamente les
pidiéramos ayuda. —Me encogí de hombros con una respuesta instantánea que
provocó una risa contenida del profesor antes de entregarnos la hoja con un nueve
punto cinco sobre esta.
—Lo
hicieron muy bien, sólo en un par les faltó un poco de detalle pero en general
estaba bien. —Nos vimos los unos a los otros felices por el resultado—. Por eso,
además de que este examen no lo tendrán reprobado como el resto, tendrán un
punto extra en su calificación final.
Valeria
y Cristal expresaron la misma felicidad que todos tuvimos por la noticia al
soltar un corto y bajo grito de emoción. Salimos a diez minutos de que
terminara la clase luego de una plática corta y simple con el maestro,
caminamos juntos hacia la salida jactándonos de la suerte que habíamos tenido
sobre el resto.
—Aparten
este sábado que iremos al cine. —Valeria alzó los brazos para celebrar,
nuevamente, su victoria en la apuesta—. Y necesito que me digan por dónde viven
para que encuentre el cine que mejor nos quede de punto medio.
Dio
nuestra verdadera hora de salida cuando terminábamos de darle la información
que pedía, ninguno de nosotros se sintió mal por no haber podido aprovechar ese
tiempo extra, en cambio lo sentimos cuando tuvimos que separarnos. O al menos
yo lo sentí.
Para
la noche Valeria nos confirmó el sitio al que iríamos así que pude preguntarle
a mis padres y, a pesar de que el viernes tendría que repetirles la petición, ese
primer aviso fue bastante positivo, ya que no me vieron con preocupación ni con
esa cara que siempre me hace pensar que lo que les pido es una molestia.
El viernes,
en la tercera clase del día que era sobre literatura de nuestro país, la
profesora nos dividió en equipos de cinco por número de lista para un trabajo
en el que deberíamos leer una de las tres obras posibles y hacer un resumen en
forma de historieta, obra de teatro o mapa conceptual. Curiosamente, de los
siete equipos posibles, quedamos: Lila con Valeria, Tom con Marco, y Cristal
conmigo, además de los otros tres compañeros en cada equipo.
La
maestra nos dio los últimos diez minutos de la clase para juntarnos con
nuestros compañeros de equipo y comenzar a ponernos de acuerdo sobre lo que haríamos.
En nuestro equipo se encontraban dos de las amigas de Cristal y un chico de
otro grupo de amigos que no sobresalía mucho. Al juntarnos el chico se
concentró en su celular, las amigas de Cristal la distrajeron con algunas fotos
o cosas en sus cuadernos.
—¿Y
bien? ¿Cuál elegiremos? —El otro chico bajó su teléfono para vernos, tenía una
expresión un tanto fastidiada aunque siempre me pareció que era su aspecto
normal. Las amigas de Cristal se encogieron de hombros.
—Yo
creo que debería ser la tercera, es la más fácil y corta de las tres, creo. —Me
molestaba ser el centro de atención, aunque sólo fueran cuatro personas, lo que
me orillaba a evitar los ojos de los demás al hablar, sólo que en esa ocasión me
tranquilizó estar con Cristal de alguna manera—. Sólo he leído esa tercera así
que… sé que no está mal.
—Esa
entonces. —El chico se acomodó en su silla.
—Deberíamos
hacer la obra —sugirió una de las chicas mientras la otra se mostraba interesada
en la sugerencia—. Dijo que sólo era de una escena, así que tú que ya la leíste
podrías decirnos cuál es la más sencilla, la leemos y la hacemos y ya.
—No
es una mala idea, considerando lo difícil y elaborado que es el mapa. —Comencé
a creer que mi temor por la obra fuera hacerse realidad— Pero creo que la
historieta no está mal tampoco, además de que en internet debe haber resúmenes.
—Lo
bueno del cómic es que no debe ser tan elaborado.—Cristal me robó la idea junto
a mi cuaderno y lápiz, ya que era el único que tenía eso en mi mesa—. Pueden
ser dibujos tan simples como esto.
Dibujó
recargada en mi pupitre, fueron personitas de un diseño simple junto a unas con
la apariencia más caricaturesca aunque sencilla. Estando de acuerdo, el otro
chico aportó su propia idea del diseño de personajes en otra parte de mi hoja.
—Hagamos
esto democrático. —La otra amiga de Cristal vio al chico para preguntarle lo
que quería, este votó por el cómic al igual que yo—. Y nosotras somos tres así
que…
—No,
yo también voto por la historieta. —La vieron un tanto sorprendidas de que no
opinara lo mismo que ella, o tal vez de que simplemente opinara—. No me gusta estar
frente al grupo… lo siento.
—Bien…
entonces usemos el fin de semana para conseguir el libro y en una semana
leerlo. —Decidí intervenir aunque no sabía si ellas estarían molestas o no.
—Dos
semanas, no leo tan rápido.
Con
la respuesta de una de ellas, la profesora nos permitió salir ya, así que ellas
y el otro chico se concentraron en recoger sus cosas para por fin irse. Cristal
se me acercó más cuando estaba cerrando mi libreta.
—Perdona
el rayón, fue lo primero que vi.
—Está
bien, a Tom también le gusta dibujar en esa parte. —Saqué mi cuaderno de nuevo
para mostrarle los garabatos que me hacía cuando estaba aburrido en clase y se
acordaba que estaba a su lado.
—Sólo
son caras. —Cristal se rió cubriendo su boca aunque la alegría se veía sincera—
¿Es una niña o qué?
—Oye,
no todos tenemos el don para el dibujo. —Notar que nos había escuchado me hizo
reír más de lo que el comentario de ella había logrado, hasta que la llamada de
las amigas de Cristal nos interrumpió.
—Cristi
¿recuerdas que íbamos a salir después de clase?
—Oh
no, lo olvidé por completo. —Se golpeó la frente sin mucha fuerza— Lo siento
chicas, no podré esta vez.
Sus
amigas se fueron sin mostrar mayor interés porque ella no fuera, al igual que
Cristal lució tranquila. Al final Tom y yo nos fuimos con nuestros amigos,
pensé que estaría mal dejarla sola hasta que Valeria se me adelantó para
pedirle que se fuera con ella ya que de sus amigas sólo una tomaba el mismo
transporte. Según lo que me dijo después.
En
mi casa, ya en la noche, cuando les recordé que el siguiente día saldría, de
nuevo se mostraron neutrales. Aún sentía sospechoso que no se manifestara su
preocupación o molestia porque les pidiera permiso, únicamente el chat de
Valeria me ayudó a dejar de darle tantas vueltas a ese suceso pues ella nos
contactó para recordarnos la hora y el lugar para el siguiente día. Luego de
eso bromeamos un poco hasta las diez.
No puedo creer que ya hayas escrito a los 6 personajes en tu historia, se me hizo muy rápido ver a Iván de nuevo pero es de mis favoritos, así que disfruto su lectura.
ResponderBorrarYay, sacaron buena calificación! Aunque siento que, como la mayoría de los maestros, no le costaba nada un 10 (?)
Cristal se me hace tan simpática~
Noté un pequeño error:
"Cristal se escogieron de hombros." Está en la parte que empieza con "—¿Y bien? ¿Cuál elegiremos?"