jueves, 25 de junio de 2015

Primera familia


Año aproximado: 2012.
Estado: completo.
Personajes: Taro y Retsu.

"Nos hemos esforzado durante más de 10 años por mejorar la vida de muchos chicos solos y defendiendo al resto de la gente de aquellos que se decidieron por la vida fácil y mala."

Retsu era el hijo menor de una familia adinerada cuya vida se vio alterada cuando  un par de chicos ladrones quiso atacarlos, siendo defendidos por Taro, otros sucio niño de la calle. A partir de ese momento Retsu vuelve a encontrar la luz en su vida obteniendo el deseo de seguir viviendo con tal de ayudar a Taro en su misión de mostrarle al mundo que no todos los niños abandonados en la calle son delincuentes.

Otro de mis tesoros personales, justo es el penúltimo de ellos. De nuevo usé a uno de mis personajes para demostrar el como una persona simplemente pierde el deseo de seguir viviendo a pesar de tener lujos, una familia o una estabilidad general; sólo que esta vez no hubo muerte al final.

Esta historia, como privada que es, me relaja mucho aunque me desconcierta un poco que esté escrita en color rojo y azul porque la escribía en las noches bajo las sábanas con una simple luz de led. No sé cómo no me quedé más ciego de lo que ya era.

No hay mucho que contar de esta más allá de lo dramática que es. Nos leemos la siguiente semana~

PD. creo que mi bloqueo de escritor por fin está terminando.

jueves, 18 de junio de 2015

Lazo


Año aproximado: 2012.
Estado: completo.
Personajes: Hige, Kyon, Iker, Kaoru, Tsubame y Shiro.

Puedes permanecer miserable por tu pasado, atemorizarte por el futuro o disfrutar el presente entre chicos que son como tú. Si en el presente estamos sufriendo, nos tendremos los unos a los otros para recuperar nuestra felicidad o superarlo.

Con tan sólo doce y once años, Shiro y Tsubame se fijaron como meta crear una compañía de circo que respetara las tradiciones y costumbres de las más longevas compañías. Por poco más de un año reunieron chicos como ellos que se unieron a la idea hasta darle verdadera forma a Mysterious Bond Circus. Juntos sobrepasaron las peores de las situaciones y ayudaron a muchos más jóvenes sin perder su unidad y amistad.

La idea de este circo me vino desde tiempo atrás pero no la escribí hasta después de que creé un rol en el foro que tanto me gustaba donde cada usuario creaba sus personajes y se desarrollaban en una trama que iba formando. Poco a poco le fui perdiendo interés a ese rol, igual que los usuarios dejaban de pasarse, así que decidí por fin escribir la historia. Debido a ese rol es que mis personajes principales, excluyendo a 2, tienen un diseño basado en imágenes que encontré por google (debido a que ya tiene sus ayeres, no sé cuáles son las fuentes originales de las imágenes) y ellos fueron: Hige, Kyon, Iker y Tsubame. (Mis dibujos se alejaron de su diseño *llora*)  Como tal vez notaron, repetí un personaje que es Iker porque cuando encontré esa imagen él me gustó mucho para tomarlo como personaje y por eso terminó en dos de mis historias aunque ambos son diferentes en personalidad.

Ya que mi idea empezó a formarse con el rol, el desarrollo del trasfondo de la historia fue fructífero y mejor que otros. Por ejemplo: pude desarrollar las actividades que los pequeños cirqueros se dividían entre los 64 miembros que fueron al "inicio" de la historia y este fue así:

Tsubame era la presentadora, había 6 ilusionistas además de Iker, cinco músicos junto a Hige, cinco listoneras, cuatro trapecistas, 3 domadores, un hipnotista, 3 malabaristas, 5 payasos, dos cantantes, una pitonisa, 10 encargados de los juegos en el exterior, 11 que se encargaban de la propaganda exterior y vigilancia y dos que vendían los boletos.

Otros personajes sobresalientes dentro de la historia son una listonera llamada Kim, la cual odia a Tsubame (dice que tiene la sangre pesada...), las cantantes son unas gemelas, los malabaristas son trillizos (dos niñas y un niño), los trapecistas son dos chicas y dos chicos siendo los 4 homosexuales por lo que son pareja entre ellas y entre ellos, los domadores uno es de perros (tiene 7 perros y 1 lobo), el otro es de gatos (tiene una pantera, un tigre blanco, una leona y un gato montés) y uno de aves (15 que no alcancé a diferenciar), y que el hipnotista es el médico del conjunto con sólo 23 años.

Creé 3 compañías más dentro de la historia, siendo estas de adultos y chicos como las normales, y estas fueron: Le Chat Cirque, Dust y El Fruto Imposible. Además de que... escribí la letra de 2 canciones que eran parte de ritos que se realizaban dentro de sus tradiciones; una era Viento Fúnebre que se cantaba cuando uno o más miembros morían, el rito era ir cantando la canción mientras se dejaban sobre el pasto las cenizas del fallecido para que el viento se las llevara, después enterrando el contenedor en la mitad donde se estableció la carpa. La segunda canción es La Voz de la Lluvia que se toca en el espectáculo o se va a cantar frente a las otras compañías de circo para que se fije una reunión de estos para tratar asuntos muy importantes (¡el día de la Voz de la Lluvia existe! sucede cada 2 o 3 años, creo y es el 30 de junio, justo cuando llueve de la mañana a la noche, por lo menos acá en México).

Y lo último que desarrollé fue un tipo de chicos que son todos los que componen Mysterious Bond Circus, los cuales son llamados "Chicos Especiales" porque alrededor de los 7 años o más desarrollan o descubren unas habilidades "mágicas" de cualquier tipo que incluyen aspectos sobrehumanos o la modificación de su apariencia física (como en el caso de Hige, que además es muy rápido); estas habilidades comúnmente se perdían a los 35 años. El pago por esas habilidades radicaba en la discriminación de la gente hacia ellos y que de alguna forma todos ellos estaban destinados a sufrir constantemente (por eso fue que Shiro y Tsubame formaron el circo de sólo chicos así, convenciéndolos con las palabras que les cité).

Eso es todo lo que creo que puedo decirles de esta historia sin arruinar el final y el clímax. Además que aún estoy sobrepasando mi Bloqueo de Escritor y una que otra penuria. Nos leemos la próxima semana~

jueves, 11 de junio de 2015

Circo


Año aproximado: 2012.
Estado: completa.
Personajes: Raki y Naki.

Cuando los dos líderes decidieron estrechar sus manos en señal de paz, ambos chicos dijeron que eso no era suficiente, argumentaron que todos éramos una gran familia al dedicarnos a lo mismo mientras que el resto de la gente nos creían malditos, inferiores, vagabundos, nos odiaban aunque les gustara que los entretuviéramos; por ello pidieron que nos uniéramos para que al menos entre nosotros se cosechara el respeto y el cuidado.

En una época donde la estabilidad económica se cae entre las familias más acaudaladas mientras que algunas de las menos se hacían ricas, una pareja sumergida en deudas acepta, con mucho dolor, la propuesta de un supuesto amigo donde les pedía abandonar a sus mellizos si de verdad deseaban su ayuda. Naki y Raki pasan de las calles al servicio en un circo donde tardaron ocho años en encontrar la paz y una nueva familia.

Adivinen qué... otra más de mis escritos privados. ¡Yay! Se los advertí, fueron tiempos difíciles.

Como sea, desde esta regresó mi obsesión por los circos y, de hecho, la historia forma parte del pasado de la siguiente aunque no es muy sustancial para la trama completa. La semana que sigue se los explicaré mejor.

El origen de la frase, dentro de la historia, es porque en el mundo de los mellizos las compañías cirqueras solían pelearse entre ellas por territorios, por renombre y por envidia; ellos dos notaron lo que hacían mal y lograron hacer que eso terminara porque son muy persuasivos, mejor dicho, inteligentes y se las arreglaron bien. Pero, dentro de mi mente, es porque de alguna forma relaciono al circo con "familia", siento que al ser trotamundos o nómadas, ellos mismos se convierten en familias aisladas que, si se unieran como en este caso, tendrían relaciones interesantes y agradables. Claro, sólo es mi opinión aislada, opinión de alguien que nunca ha conocido la completa realidad de los circos.

En fin, gracias por leer, nos leeemos en la siguiente entrada~

viernes, 5 de junio de 2015

Esos dos

La tormenta se ha apaciguado, después del estruendo que provocó ahora sólo quedaban las gotas que escapaban de los tejados y las hojas de árboles y plantas; me habría sentido estúpida si el cliché se hubiera continuado con el sol saliendo entre las nubes como si nada hubiera pasado, así que sonreí de lado al ver regresar mi cielo gris, ese al que ya me había acostumbrado y que me relajaba haciéndome recordarlos.

Me había encontrado sola en la casa y, aunque fuera contradictorio, me alegré de que mis trece acompañantes cotidianos hubieran salido a distraerse con otros; seguramente al regresar se la pasarán disculpándose pero no hay nada que perdonar, ellos no sabían que yo ya podía regresar.

Poco antes de que la lluvia se transformara en tempestad, me había salido a recibirla de frente, con las gotas limpiando mi rosto, mi cabello, empapando mi ropa y calándome los huesos. En cuanto el peso había sido mucho mayor que el cargaba de antes, corrí a refugiarme en el quiosco que habían restaurado en sus tiempos libres; al mismo tiempo en que me alegraba de que encontraran algo como eso entretenido, me entristecía saber que los abandonaba demasiado tiempo.

Me quité y exprimí mi chamarra recordando un escena en particular de años atrás, poco más de seis. Subiéndome a uno de los bordes, abracé mis piernas para retener algo de calor; el ensordecedor rugido de la naturaleza hizo eco con mis pensamientos los cuales eran diferentes entre sí, y sin esa relación entre ellos aun me provocaban la molestia que me había llevado a mi regreso inesperado a este lugar. Había llegado a un punto bastante crítico aunque me había mantenido en pie por mis propios métodos, si ellos hubieran estado aquí me habrían provocado más ruido y más dolor por el deseo que yo podría desarrollar de pedirles que me dejaran en paz cuando ellos sólo querían ayudar.

Por eso fue que esa soledad en medio del diluvio me tranquilizó, me hizo ver lo que ignoraba inconscientemente, me hizo anhelar con oportunidad a mis chicos e, incluso, a mis familias; pude encontrar la luz entre mis pesares, pude cambiar el frío por calor; no obstante, mi resolución aún era débil, podía quebrarse con algunas palabras y recuerdos.

Cuando me levanté para regresar vi sus espaldas. Nunca antes los había visto tan nítidos, tan reales mas eso no me impidió reconocerlos. Salí corriendo para alcanzarlos, estaba segura de que tomarían el camino al bosque por lo que apresuré mis pasos e incremente la distancia de mis zancadas. Justo como en un mal sueño ellos parecían alejarse cada vez más a pesar de mis esfuerzos, estiré mi mano pero no podía tocarlos. Aún detrás de ellos mi desesperación creció, sentí mis muros quebrarse aunque el deseo de no rendirme estaba ahí.

—No me dejen caer... por favor —el nudo en mi garganta atoró el resto; ansiaba alcanzarlos, tocarlos, hablarles pero no tenía lo suficiente para lograrlo. Sin muchas ganas fui deteniéndome al contrario de ellos que aún avanzaban sin saber que yo los seguía, esta vez sí que quería rendir al mismo tiempo que todos mis pensamientos negativos volvían a ensordecerme. Me acuclillé  llevando mis manos a mis oídos para callar el ruido, la ira por mi debilidad volvía a atormentarme hasta que sentí sus manos en mis hombros.

Sus delgados rostros me mostraron una expresión que nunca había esperado de ellos, con lentitud me levanté sin dejar de observarlos completamente reales y claros; todo se silenció dejándome frente a frente con los que esta vez había deseado tener cerca.

—Plia, Hye

Los guié hacia el lago del bosque donde nos sentamos por unos largos minutos sin decir nada, sólo viendo al agua agitarse con suavidad con el pasar del viento. Sentí una calma completa por simplemente tenerlos a mi lado.

—¿Nunca te has hartado del "no te des por vencido" o "si sigues con lo negativo siempre terminará sucediendo"? —la suave voz de Hye mezclada con la imitación adulta del positivismo me hizo reír al igual que a Plia quien sólo dejó escapar un resoplido.
—Tanto como me ha hartado el "eres una persona decidida que puede hacer cualquier cosa cuando se lo propone" —añadí recordando la última ayuda de mi madre, sonriendo de medio lado me encogí— No los culpo, yo tampoco sé encontrar las mejores palabras cuando me piden ayuda.
—Y por eso lo mejor es no decir nada —Plia ató su cabello en una coleta baja.
—Aunque a veces sí sirve... muy a veces —se giró a verme para que apoyara su idea así que asentí— Pero si se van a quedar en silencio sólo esperando mis palabras mientras lloro, mejor que me esperen a que yo solo aclare mis ideas.
—Y vaya que lloras.
—Prácticamente sólo lloró un par de veces más que tú... —al defenderlo me hice merecedora de una fría mirada de ella, estaba por disculparme cuando altivamente me sonrió.
—¿Qué? ¿Ya estabas planeando tu disculpa? —me encogí de hombros retándola con la mirada ahora que había probado su forma de ser— Ahórratelas conmigo, sé lo falsas que las puedes hacer.
—¡Oye! No serían falsas si la gente no pensara que mi orgullo me impide disculparme, me retan a hacerlo.
—Pero de todas formas dejas que tu orgullo gane ¿no? —le arrojé una hoja seca a Hye.
—¿Para eso te ayudo?

El silencio volvió a nosotros hasta que la noche llegó, me fui con ellos a la casa explicándoles lo que a todos les explicaba cuando llegaban a ese lugar. Aún cuando nunca me había relacionado con ellos a pesar de los años que tenía de conocerlos, esas horas sirvieron para que los sintiera más cercanos que nada, porque siempre habían estado conmigo en los peores momentos, siempre en la silenciosa oscuridad. Hoy me alegraba de haberlos sacado de esa situación, aunque todavía tenía más que darles.

Después de la cena volvió a llover igual o más fuerte que la vez anterior sólo que yo me quedé desde la sala viendo la tormenta. Mi corazón se oprimió de nuevo aunque sólo un pensamiento fue mi suplicio, me crucé de brazos recargada en el marco de la ventana, enterré mis uñas derechas en mi brazo izquierdo tratando de retener aquello que escocía mis ojos.

—Aún estamos aquí —de la mano, Ophali me llevó al sofá que compartimos con Jhyrue.
—No debería llorar por algo que provoqué —traté de reírme de mí misma, pero no lo logré, él se recargó en mi hombro mientras ella aún sostenía mi mano.
—Es arrepentimiento al fin y al cabo —Plia se encogió de hombros— Como humanos siempre cometeremos los mismos errores si nuestra vida no está comprometida en ellos.
—¿Cuántas veces un niño ha de caer con sus cordones hasta que aprenda a que debe amarrarlos bien? Yo perdí la cuenta en la décima caída —lo logró, me hizo reír por algo tan simple. La lluvia en el exterior se fue silenciando poco a poco.
—No me dejaban usar cordones, siempre fueron broches —protestó Ophali.
—Tal vez por eso eres tan perfecta ¿no? —la mirada que intercambiaron me dio ternura, esos dos chicos habían decidido en no confiar en nadie más que en ellos, todo era mi culpa por supuesto, pero la amistad que desarrollaron me agradaba. Callamos hasta que fuera el clima volvió a calmarse.
—Por primera vez no quiero caer y, creo, que se los debo a ustedes —me levanté para estirarme, les sonreí al enfrentarlos— Saben que odio ser positiva.
—Sí porque cada vez que lo logras ser todo se viene abajo con los resultados contrarios —me citó perfectamente Jhyrue.
—Y el dolor por eso es mayor que cuando piensas en lo negativo —Opahli terminó.
—Sí, por eso ustedes fueron mi distracción, mi salida al atardecer donde no perseguía el día ni esperaba por la noche —se levantaron cuando las voces en el exterior fueron incrementándose— Así que por favor, préstenme su fuerza para permanecer en ese punto intermedio, para no caer.


Supe su respuesta sin que dijeran nada. Tenía ciento dos chicos que me darían esa fuerza además de el resto en el exterior que me daba la alegría y apoyo que en la realidad necesitaba; tal vez no tuvieran las palabras, tal vez no entendieran lo que sentía, mis frustraciones, mis vacíos o mi ira, pero estarían ahí cuando mi mundo cayera aunque yo no quisiera sentirlos. Diferente a mis queridas ciento dos almas, ellos que sí entendían y sabían qué decir porque eran el reflejo distorsionado de mi propia alma, eran lo que necesitaba.

jueves, 4 de junio de 2015

Cristal de luna


Año aproximado: 2012
Estado: completa.
Personaje: Yosei.

Una vida no paga otra  Pero evita que otras se pierdan

Otra historia corta en la que no quisiera profundizar. Yosei era parte de una aldea donde sus habitantes nacían con una habilidad o poder mágico, como gusten verlo, era única en cada uno y cada que la usaban debían pagar una compensación que solía ser comer cierto platillo o ingrediente específico, no comer, dormir o no dormir, fumar, beber alguna bebida, bañarse, etcétera. Pocos entre ellos podía nacer con dos habilidades y Yosei fue el único en nacer con un número ilimitado de poderes aunque su pago era bastante pesado pues le impedía dormir y comer por el tiempo equivalente a los poderes que usó.

En su mundo se estaba incrementando el problema de los ladrones, fue un grupo de ellos que atacó su aldea matando a los adultos y escogiendo de los niños a los de los poderes más útiles. Yosei escapó en un intento para buscar ayuda pero tardó 3 años en cumplirlo por ciertos problemas en que lo metió el hecho de que uno de los enemigos fuera su primo y se las arreglara para que lo mantuvieran captivo en otra aldea. Logra la ayuda con un grupo de guerreros que busca eliminar todos los ladrones, dicho grupo era liderado por su tío.

También fue hecha por beneficio propio, así que tampoco está disponible para nadie más. A pesar de eso me agradó el desarrollo de diferentes tipos de habilidades y el uso de la compensación. El nombre de esta historia proviene del poder que la madre de Yosei usaba que era formar unos cristales azules a los cuales nombró de esa forma porque una vez al año se presentaba una luna de este color (creo que nosotros también podemos ver una así pero no recuerdo en que día sería este año...). La cita que coloqué la dijeron unos gemelos que son parte de esta historia y que ayudan al personaje principal, usaron esa respuesta cuando Yosei le pidió a su tío que lo enseñara a pelear, a lo que él le respondió que la venganza no era un buen camino pero los gemelos abogaron por él.

Eso es todo lo que tengo que contar, aún estoy preparando un fragmento que quería poner desde hace mucho pero ciertos problemas me han impedido terminarlo. Nos leemos la próxima semana.